Como muchos sabréis, la Semana Santa se relaciona con tradición, recogimiento y ayuno, algo que también se ha manifestado a lo largo de los siglos y hasta nuestros días, en los platos típicos que se elaboran en estas fechas. Todos tienen algo en común: no hay carne.
En los días de Semana Santa (y cada viernes durante la Cuaresma) son muchas las personas que evitan comer carne, por representar esta el cuerpo de Jesucristo en la Cruz. La tradición manda y hoy os hablamos de algunos platos típicos de Semana Santa que podéis preparar en vuestra propia casa. ¿Preparados?
Platos típicos de Semana Santa
Sopas de ajo, sabor a Semana Santa Castellana
De origen castellano, las sopas de ajo son algo que no debe faltar en los menús de Semana Santa. También llamada ‘sopa castellana’, se comía sobre todo en épocas de escasez por sus altos nutrientes. Hay numerosas variantes de este plato y muchas de ellas llevan carne; pero como estamos pensando en platos típicos para la Semana Santa, os dejamos la receta original, que es muy sencilla de hacer.
Se necesita un cuenco de barro que será en dónde mejor se cocinen. Los ingredientes necesarios son: pan (normalmente se utiliza el pan de días anteriores, pues este ya no se puede comer), ajos, agua, aceite, pimentón, huevos y sal. En la cazuela de barro, con un poco de aceite, se rehogan los dientes de ajo enteros y se añade el pan en rebanadas, pimentón, agua y sal y se deja cocinar aproximadamente 10 minutos. Pasado ese tiempo, se añaden un par de huevos que irán haciendo encima de la sopa. Cuando la yema esté blanca es que ya están listas. La cantidad de ajo o pimentón es a gusto del consumidor. Unas sopas más fuertes llevarán más ajo y unas más ligeras, menos. Igualmente pasa con el pimentón, que se puede elegir picante o dulce, como más guste.
Estas sopas son muy típicas en las procesiones de Castilla y León. En las denominadas ‘madrugadas’ (procesiones de madrugada de Viernes Santo) de ciudades como Palencia o Zamora se termina la noche comiendo las típicas sopas de ajo. Al ser un plato que no se consume en muchas ocasiones, se ha puesto de moda también para otras ocasiones, como la madrugada del Año Nuevo, como reconstituyente después de toda una noche de fiesta.
Patatas viudas un manjar a la riojana
Las patatas viudas son otro de los platos típicos de Semana Santa. Se llaman ‘viudas’ por la ausencia de carne, y se elaboran como unas patatas a la riojana normales.
Los ingredientes necesarios son 1 kilo de patatas, medio pimiento y media cebolla, dos dientes de ajo, pimentón, aceite, sal y una hoja de laurel. La elaboración es muy sencilla: se trocean las patatas cascándolas, es decir, dejando que la rotura final de cada trozo sea a mano; se pica la cebolla, el pimiento y el ajo y se doran en una cazuela. Cuando estén algo hechas, se añaden las patatas y se rehogan. Se añade el pimentón y la sal y se cubren con agua dejándolas cocer aproximadamente unos 40 minutos, con una hoja de laurel para que le de algo más de sabor. Una vez listas se añade un poco más de pimentón y un chorrito de aceite de oliva antes de servir. Es un plato típico de Semana Santa porque resulta muy económico y ligero, pero aporta también ingredientes muy saciantes.
Buñuelos de viento el toque dulce de la tradición
Otro de los postres más típicos de la Semana Santa son los buñuelos de viento. Este dulce se puede degustar durante todo el año pero es especialmente frecuente en esta época. Uno de sus puntos fuertes es que lleva ingredientes que se suelen tener en casa para elaborar postres: harina, agua, aceite, leche, azúcar, levadura, huevos, una pizca de sal y mantequilla.
Nos ponemos manos a la obra mezclando primero la harina con la levadura mientras en una olla ponemos a hervir un cuarto de litro de agua con la mantequilla, la corteza de un limón y sal. Añadimos la harina y obtendremos una masa espesa que pondremos a reposar fuera del fuego cinco minutos. A continuación, añadimos cuatro huevos, de uno en uno, mezclando toda la masa de cada vez. Ya solamente nos queda hacer bolitas de masa y freírlas en abundante aceite caliente. Al igual que con las torrijas, los buñuelos se colocan sobre papel absorbente y se pasan por azúcar antes de que se enfríen. En algunos lugares es habitual rellenarlos de nata o de crema pastelera pero solos también están deliciosos.
Pestiños, el dulce de la semana Santa
Uno de los postres más tradicionales de Semana Santa son los pestiños. Se cree que en la Antigua Roma ya se tomaban unos dulces similares hechos con manteca, aunque a España llegaron directamente por la herencia morisca. Como sucede con las recetas que se dan en diferentes comunidades, hay muchas variedades en su preparación. Se pueden acabar con azúcar glass por encima, con canela o con miel, añadir limón o naranja en los ingredientes o hacerlas con forma cuadrada o de lazo. El resultado seguirá siendo muy apetecible. Los ingredientes para hacer los pestiños son harina, manteca de cerdo, aceite de oliva,agua, vino blanco, sal, anís estrellado y la cáscara de un limón o de una naranja. El primer paso es freír la cáscara del cítrico con el anís para darle sabor al aceite. Sobre la harina echamos agua, sal y vino y mezclamos. Añadimos manteca y dejamos reposar dos horas en un bol. A continuación deberemos estirar la masa y darle la forma que deseemos, habitualmente, de lazo. Ya solo nos queda freírlos en el aceite caliente (que habremos colado previamente) y dejarlos sobre papel de cocina. El remate también va a gusto del consumidor, pero lo más tradicional es bañarlos en miel. ¡Para chuparse los dedos!
Para vosotros… ¿Cuál es el plato que nunca falta en estas fechas de Semana Santa?
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